Desde la salida hasta la meta
por Francisco José Alvarado Lavado
Estaba rodeado de decenas de niños en la línea de salida, esperando a que sonara el pistoletazo. Una marabunta de gente comenzó a gritar nada más escuchar la señal y ¡claro! todos empezamos a correr. La verdad es que los primeros puestos no eran cosa mía. En muchas ocasiones, el recorrido se hacía eterno, pero siempre había un factor común. En algún tramo del trayecto, cuando flaqueaban las fuerzas, siempre aparecía ella: nuestra dinamizadora deportiva. Aun con la voz quebrada de tanto gritar, escuchabas perfectamente cómo te animaba. En un segundo, todo ese cansancio acumulado y el desánimo desaparecían por completo y te invadía un ...