Los comienzos del ferrocarril en Extremadura llegaron por medio de distintas iniciativas privadas que defendieron sus intereses empresariales totalmente al margen de cualquier política de vertebración del territorio que pudiera comunicar a pueblos y ciudades.
Pero, ante la ausencia de un diseño ferroviario realmente útil para los usuarios y los conflictos surgidos en la gestión de los diferentes tramos por parte de las compañías, éstas terminaron con el abandono de las vías férreas.
A día de hoy, Extremadura es la Comunidad Autónoma con las peores prestaciones de transporte ferroviario de España. Una región que no posee ni un solo kilómetro de doble vía ni electrificación y que lleva sufriendo desde el siglo XIX una situación de abandono que no encuentra explicación.
Durante la crisis económica, la inversión en el mantenimiento de las vías férreas extremeñas cayó a la mitad, pasando de 17 millones de euros en 2011 a 8 millones en 2015. Ante la necesidad de actuar, la Junta de Extremadura junto con la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX), y los sindicatos UGT y CCOO firmaron el “Pacto Social y Político por el Ferrocarril en Extremadura.
El objetivo de este Pacto era que en el período 2015-2019 el Gobierno central diese la relevancia necesaria a las infraestructuras ferroviarias en Extremadura. Sin embargo, esto no ha logrado frenar el continuo deterioro de sus infraestructuras, que se ha ido incrementando hasta que la situación se ha vuelto insostenible.

Solo en el último mes se han producido una veintena de incidencias, con continuos retrasos y averías. Algunas de ellas, quedando tirados a los pasajeros a mitad de camino durante horas en el campo y soportando altas temperaturas.
Un escenario que ha fomentado la indignación entre los pasajeros, cuya proporción es cada vez menor, y la de los integrantes del Pacto Social y Político por el Ferrocarril en Extremadura. Estos últimos han decidido reunirse con el objetivo de llamar a los extremeños a manifestarse el próximo mes de octubre en Madrid y denunciar la crítica situación.
Extremadura reclama:
- Un tren digno en 2017, que acabe con la grave situación actual.
- AVE en 2020, que permita la llegada de la Alta Velocidad a la única región española que aún carece de ella.
- El corredor sudoeste ibérico en 2023, como eje de desarrollo entre España y Portugal, que supondría la conexión total entre Madrid y Lisboa a través de Extremadura.
El desarrollo socioeconómico, empresarial y turístico que Extremadura necesita no será posible si no poseemos una adecuada infraestructura de transportes. En nuestra mano está exigir y apoyar que este tipo de inversiones, tanto inmediatas como futuras, se lleven a cabo.
Es por ello que os animo a instar al Gobierno de España a realizar todas las acciones necesarias que el sistema ferroviario extremeño necesita por medio de una simple firma a través de este enlace web:
http://www.corredorsudoesteiberico.net/quepuedo-hacer/
Porque somos los que nunca se quejan, los que emigran, empezando por la docena de grandes conquistadores que cruzaron el Atlántico tras la Reconquista de 1492 y cuyos nombres se escriben en todos los libros de historia, y terminando por los abuelos y ahora hijos que con valor han dicho adiós” o con suerte hasta pronto”, a una tierra que rebosa de patrimonio pero que escasea de oportunidades.

Y no, no es miedo, es derecho. Derecho a que se nos trate de forma igual de digna que al resto de regiones. Derecho a elegir si queremos forjar nuestro futuro en la tierra que nos vio nacer. Porque todo lo trabajado en el pasado merece un mejor futuro. Porque si los extremeños no miramos por Extremadura, nadie lo hará por nosotros.